¡Hola de nuevo amigos!
En esta ocasión, vamos a hablar de la película “Sicko”
de Michale Moore y toda su temática desde un punto de vista crítico. En ella,
el director expone su particular visión del sistema sanitario americano y lo
compara con el de diversos países, entre ellos Canadá, Inglaterra, Francia o
Cuba. Por lo tanto, el objetivo de esta entrada es reflexionar acerca de estos
sistemas sanitarios, sus diferencias, sus virtudes y sus defectos.
Quizás sea por la
carrera y por mi profesión, pero soy de los que piensan que la Salud es uno de
los elementos más importantes en todo (si no el más importante): es básica para
tener una considerable calidad de vida, es necesaria para trabajar… Freire
defiende también este pensamiento, y os cito una frase suya que creo que resume
claramente la importancia que tiene la Salud en nuestra sociedad:
“La salud es un bien esencial para la vida, el
bienestar, y la economía, que tiene una dimensión ética que entronca con
valores profundos sociales, políticos y religiosos” (1).
Viendo esto, podemos
entender la gran importancia que tiene el garantizar este derecho universal (2)
mediante un sistema sanitario que proporcione unos servicios destinados al
mantenimiento de la Salud en la población.
En el año 2000, la OMS
realizó un estudio con el fin de clasificar a los países según la calidad de su
asistencia sanitaria. Como bien sabemos, España ostenta el séptimo puesto de
esta clasificación. Pero llama especialmente la atención ver a un país tan
desarrollado como EEUU en la 37ª posición (3). Probablemente, la causa se
encuentre en el modelo sanitario liberal que está presente en este país, que se basa en una financiación del 50% por parte de las empresas y otro 50% por
el Estado. El problema está en que esta mitad va dirigida a una entidad
privada, siendo esta quien gestiona ese presupuesto.
Y es aquí donde entramos
en un terreno lleno de opiniones con respecto al tema. Está clara la influencia
que tiene la política en el sistema sanitario, al igual que la salud de la población
depende directamente del buen funcionamiento del mismo. ¿Es correcto que la
mitad del presupuesto destinado a la Salud sea gestionado por una entidad
privada? ¿Consideras que todas las personas van a recibir el mismo trato? Está
claro que no. Al ver esta película podemos apreciar claramente que no es así,
ya que Moore presenta una serie de casos reales que llegan casi a herir la
sensibilidad de los que trabajamos en materia de Salud, aunque es cierto que en
algunos momentos la película puede ser algo demagógica.
EEUU es el país que más
se gasta en sanidad (el 16% de su PIB), pero este gasto no se traduce en la
deseada cobertura universal, ya que se estima que 47 millones de
estadounidenses no tienen cobertura sanitaria, lo que supone la muerte de más
de 45.000 personas al año como resultado de no recibir la asistencia sanitaria
necesaria (4). Y todo ello sin contar a una gran cantidad de personas no
censadas. Existe otro grupo de gente que sí pueden permitirse tener un seguro
que les “garantice” asistencia sanitaria, pero no es lo suficientemente
completa como para poder recibir la atención necesaria en determinados momentos
(5). Sin duda, son datos que deben hacernos reflexionar sobre la situación que
se vive al otro lado del océano.
Otro punto importante, y
que desconocía, es que parece ser, según diversos estudios(6)(7), que las
distintas características que puede tener una población determina que utilice
más o menos recursos sanitarios, lo que puede llegar a influir a la hora de que
la entidad privada decida asegurar a una persona o no.
En “Sicko” podemos ver
algunos casos, como antes decía. Me impactaron varios de ellos, especialmente el
de la niña pequeña que muere al ir a un hospital que no trabajaba con la
compañía de seguros que tenía contratada esta familia. No voy a entrar a
valorar la ética y la moral de los trabajadores de ese centro porque creo que
daría para escribir alguna entrada más, pero situaciones como ésta me hacen
plantearme si, a veces, nos creemos dioses por tener la salud de personas en
nuestras manos, como refleja otro caso de la película en el que una médica
denuncia que podía aumentar su “reputación” en la empresa si denegaba una serie
de intervención. ¿Realmente es más importante alcanzar un balance económico
positivo, sin pérdidas, a la hora de evaluar el rendimiento de un hospital que
el hecho de salvarle la vida a una persona? Es aquí donde quiero hacer la mayor
crítica de esta entrada: todos sabemos qué mueve y qué sostiene a una entidad
privada, el obtener beneficio económico. Si no lo obtiene, no puede funcionar la
entidad. Por ejemplo, en la actualidad, es común desgraciadamente ver cómo
muchas empresas quiebran debido a la gran cantidad de pérdidas que sufren por
la situación crítica que vivimos. Estas empresas al no ganar dinero cesan su
servicio y su actividad o, dicho en otras palabras, no trabajan por amor al
arte. Podemos afirmar que una empresa privada dedicada a la salud, al fin y al
cabo, se dedica a comercializar la medicina, por lo que no importa tanto la
cantidad de gente que muera o el número de personas que dejan sin atención (sí
importará a la hora de vender la entidad como “el mejor lugar para cuidar de su
salud y la de los suyos”), sino el afán de lucro. Por tanto, ¿cómo es posible
que se ponga en manos de una entidad privada uno de los pilares más importantes
de la sociedad, como es la salud?
No hay derecho a que se
produzcan casos como este que podemos ver a continuación.
Siguiendo con el
análisis, Moore realiza una comparación con otros países que poseen un modelo
sanitario diferente. Un ejemplo es Francia, país al que el director pone como
un claro ejemplo a seguir en cuanto a modelo y sistema sanitario se refiere. Me parece interesante añadir en este punto que hay artículos (8) que comentan que en Francia se está intentando realizar una
racionalización del gasto para evitar el despilfarro innecesario, algo que me
parece totalmente comprensible, y es que la eficiencia debe ser uno de los objetivos
a la hora de gestionar un sistema sanitario.
En relación a lo
anterior, hay una frase de un representante de la OMS que habla de ello:
«No se trata de invertir
más dinero en salud, sino de obtener más resultados del dinero invertido»
Por otro lado, desde la
propia OMS se están llevando a cabo propuestas para que los distintos países
puedan reforzar la financiación sanitaria para que más personas puedan
beneficiarse de los servicios de salud (9). Creo que si se realiza una gestión
más eficaz de los recursos, puede ahorrarse una gran cantidad de dinero y no
tiene por qué traducirse en una peor atención a la población.
Para terminar, me
gustaría comentaros unas ideas de las que Freire (1) habla también:
- “La financiación pública va unida a cobertura universal, igual para toda la población”.
- La equidad y la igualdad son objetivos comunes para todo sistema sanitario.
- Debemos extraer ideas de sistemas sanitarios de otros países, siempre y cuando sepamos adaptarlas al nuestro.
Espero que dejéis
vuestro comentario con lo que opináis.
¡Un saludo!
BIBLOGRAFÍA
- (1) Freire J. M.: El Sistema Sanitario Público en perspectiva comparada: diferencias, similitudes, retos y opciones. Revista Claridad, verano del 2006, 4º etapa.
- (2) Declaración Universal de los Derechos Humanos. OMS.
- (3) http://www.elmundo.es/elmundosalud/2000/06/21/medicina/961531923.html
- (4) Navarro.V. Luces y sombras de la reforma sanitaria de Obama. Revista Sistema digital. 2010.
- (5) Barrera.L; Raspal M. Los intentos de reforma sanitaria en Estados Unidos, cada vez más hacia el modelo de cobertura universal. Revista Economía de la salud. 2005
- (6) Wallace P , Enriquez-Haass S. Equidad en el sistema de atención médica para adultos mayores en los EE. UU. Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 10(1), 2001
- (7) Mendoza R, Umberto J. Utilización de los servicios de salud: una revisión sistemática sobre los factores relacionados. Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 17(4):819-832, jul-ago, 2001.
- (8) Bellanger M. Francia: la racionalización del sistema de salud. El control del gasto sanitario y el mito de Sísifo. Ars Médica. Revista de Humanidades 2005; 4:252-267
- (9) Página web de la OMS http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2010/whr_20101122/es/
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